“Transformad esas antiguas aulas; suprimid el estrado y la cátedra del maestro… Hacedles medir, pesar, descomponer, crear y disipar la material en el laboratorio;… que descifren el jeroglífico, que reduzcan a sus tipos los organismos naturales, que interpreten los textos, que inventen, que describan, que adivinen nuevas formas doquiera… Y entonces, la cátedra es un taller, y el maestro, un guía en el trabajo” (Francisco Giner de los Ríos)
Palabras actuales en un contexto ¿pasado?. Estas palabras forman parte del discurso inaugural del curso 1880-1881 en la Institución Libre de Enseñanza y, aunque hoy se habla de una formación activa, no todos los y las docentes que la hemos implementado. ¿Por qué? razones pueden ser muchas: por la costumbre de ver en las aulas una enseñanza tradicional en la que el docente es el centro de atención, la presión de los contenidos definidos en el currículo, falta de iniciativa para salir de la zona de confort de los docentes y centros formativos, falta de recursos o conocimientos y habilidades del docente para crear materiales didácticos adaptados…
Cocinemos hoy una clase participativa en la que los principales ingredientes sean un alumnado y docentes activos capaces de lograr un aprendizaje basado en proyectos (ABP).
Este plato consiste en una metodología caracterizada por plantear al alumnado situaciones complejas de aprendizaje, presentadas en forma de problemas o retos, que le permitan la adquisición de conocimientos y competencias a través del desarrollo de proyectos.
¿Qué ingredientes necesitamos?
Como decíamos, los principales ingredientes de este plato son un cambio en la forma de ver y actuar del alumnado y los docentes.
Alumnado
El alumnado añadirá grandes dosis de creatividad, iniciativa, colaboración y cooperación, relaciones democráticas, implicación, dosis de negociación, competencia digital, habilidades de investigación (buscar, elegir, discutir, aplicar, errar, corregir, ensayar) que desarrollen otras habilidades más complejas como aplicar, evaluar, analizar, sintetizar, reflexionar…
Se potencia así un método de enseñanza activo en el que se aprende haciendo, convirtiendo al alumnado en el protagonista absoluto de su propio aprendizaje, desarrollando su autonomía y responsabilidad.
Docentes
Para los docentes supondrá dejar de ser el centro de atención, aliarse con el uso de las TIC, potenciar el aprendizaje colaborativo entre el alumnado, convirtiéndose en un guía y apoyo durante el proceso; tener una visión abierta el aula permitiendo la entrada y salida de personas clave y del alumnado para buscar, contrastar, experimentar la información; y desarrollar estrategias alternativas de evaluación que puedan ir más allá de la prueba teórica para comprobar el aprendizaje. Estas tareas las desarrollará en:
- Selección del problema o reto
- Formación de equipos de trabajo
- Programación de la forma en que se va a trabajar los contenidos en el aula
- El seguimiento y control del trabajo realizado por cada grupo
- Evaluación y autoevaluación
¿Cómo cocinamos esta receta?
Se trata de un plato principal, no de un postre que se ofrece después de haber expuesto un contenido de forma magistral. Se cocina a fuego lento y sin prisas. Iniciarse en esta metodología no es tan sencillo, si queremos hacerlo bien y no confundir el ABP con el planteamiento de simples actividades de clase.
Los pasos para la elaboración podemos resumirlos en los siguientes pasos:
Para empezar, partimos del planteamiento de un reto, pregunta o problema al alumnado, a partir de algo hablado anteriormente en clase, un recurso encontrado en internet, una noticia de actualidad…
Planteado el reto, llega el acercamiento al tema. Se organiza al alumnado en pequeños grupos y en cada uno de ellos se empieza a pensar cómo resolverlo, definiendo objetivos, diseñando las actividades se van a autoplantear, planificando el proyecto final que se presentará, cómo va a gestionar el desarrollo del proyecto, qué conocimientos poseen sobre el tema y cuáles les faltan…
Una vez aclarado el punto de partida, cada grupo empieza a investigar sobre la temática del reto buscando información en internet, bibliografía…
Cada grupo procesa y analiza datos, genera hipótesis de trabajo, reflexiona, discrimina la información no necesaria, extrae conclusiones. Esta parte de la receta necesita de una cocción lenta, a fuego bajito y lleva su tiempo.
Seguramente sea necesario hacer muchas búsquedas de información, se presentará más de una laguna de dudas que frene el desarrollo del trabajo y la labor del docente será muy importante. ¿Qué hará el docente? Seguimiento continuo del trabajo, aclaración de dudas, ayuda a buscar información, reconducción del grupo si se pierde…
Para esas lagunas que seguramente aparecerán no permitiendo el avance, se plantean paralelamente otro tipo de actividades que faciliten al alumnado los conocimientos necesarios para continuar. Estas tareas que se intercalan en el desarrollo del proyecto pueden venir en forma de talleres, charlas, actividades de aula, explicaciones del docente… Una vez obtenida la información necesaria el grupo puede continuar trabajando en el proyecto.
Cuando cada grupo ha investigado y puede dar una solución al reto planteado inicialmente, desarrollará un informe o elaborará un producto que de respuesta.
La respuesta puede exigir la construir de un artefacto, realizar un experimento o describir un procedimiento de trabajo, en cualquier caso en esta fase de desarrollo del proyecto, será necesario ensayar y errar, volver a plantearse los datos y ajustarlos para volverlo a intentar, probar una y otra vez, buscar nuevas informaciones, replantearse estrategias…
Una vez llegados a este punto, tenemos cocinado nuestro plato siguiendo un método ABP. El alumnado habrá aprendido más de lo que en un principio se habría imaginado. Este aprendizaje será multidisciplinar, lo habrá leído, escuchado, experimentado, analizado y será profundo y duradero. Es el momento del emplatado, así que hay que cuidar la presentación para que sea apetecible para el consumidor.
El producto tangible cocinado lo largo de toda esta receta, y que da respuesta al reto planteado en un inicio, se presentará a través de una exposición al resto de grupos haciendo una
demostración del aprendizaje alcanzado, haciendo uso de las TIC.
La sobremesa de esta magnífica comida servirá para reflexionar de forma grupal sobre lo hecho, aclarar dudas y quien sabe, tal vez plantear nuevos retos que cocinar.
Esta metodología de trabajo puede ser aplicada de forma aislada aunque es muy común su implementación en el modelo de Flipped Classroom. ¿Cómo? el alumnado trabaja a través de vídeos, lecturas… ciertos contenidos fuera del aula, para desarrollarlos posteriormente, de forma práctica y mediante un proyecto, en el aula.
En el aula el docente aplica el ABP, poniendo en marcha procesos cognitivos de rango superior (reconocimiento de problemas, priorización, recogida de información, comprensión e interpretación de datos, planteamiento de conclusiones, revisión crítica…) y favoreciendo un aprendizaje profundo y duradero.
En definitiva
El ABP es una metodología versátil, que permite trabajar contenidos de una forma multidisciplinar pero es compleja de desarrollar en formaciones express donde el tiempo es muy limitado.
Demanda que cambiemos la forma de pensar a la hora de programar nuestras clases y que primemos un desarrollo integral del alumnado ante la impartición de los contenidos de un currículo establecido.
Es sin duda la forma de trabajar en el aula del siglo XXI, pero ¿qué es lo que no termina de cuajar en los docentes, alumnado o centros formativos que impide que veamos más ABP en las aulas? Puedes realizar tu comentario en nuestra página de Facebook.